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Esta actuación, que afronta ya su última fase, ha permitido restaurar la vegetación de la ribera de tal forma que, «cuando crezcan los sauces, el paisaje cambiará sustancialmente», destacó Marquínez. Y es que el proyecto de recuperación del espacio natural del río incluye la reforestación del entorno con especies ribereñas, lo que ha obligado también a adecuar el suelo. Ahora se muestra cubierto por un manto de coco que ayudará a fijar la plantación y que, en el plazo de cuatro años, se habrá disuelto por completo sin ocasionar ningún tipo de perjuicio al ecosistema de la cuenca del Esva.
Asimismo, el proyecto desarrollado por la Confederación Hidrográfica del Cantábrico, que cuenta con un presupuesto superior al medio millón de euros, ha abordado también la eliminación de varios tramos de la vieja escollera y la construcción de nuevos elementos de seguridad «a base de elementos naturales» que protegerán el entorno -en el que se ubica el Centro de Interpretación del Monumento Natural de las Hoces del Esva- frente a posibles crecidas del cauce.
A estos beneficios de carácter medioambiental, que contribuyen a mantener el «extraordinario estado de conservación» del cauce valdesano, el presidente de la Confederación añadió que la revolucionaria técnica de ingeniería biológica empleada «es relativamente económica y genera mucho empleo».
Por su parte, Fernández Pereiro destacó que esta actuación contribuye a «dar la protección que debe tener este paisaje, que, junto al centro de interpretación, se va a convertir en un espacio de uso y disfrute para los vecinos y los que vienen a visitarnos».
La recuperación ambiental de la ribera del Esva a su paso por el valle de Paredes reforzará el impulso turístico que la Comarca Vaqueira dio al entorno el pasado año con la realización de la senda turística peatonal entre Paredes y Cayeras, en Tineo.
Refuerzo turístico
El incremento del atractivo turístico también será una consecuencia añadida del proyecto que la entidad de recuperación ambiental también desarrolla en el acceso a Luarca, donde está previsto recuperar el ecosistema de los márgenes del arroyo Zurraco.
Esta actuación, que cuenta con un presupuesto cercano a los 474.000 euros -que, al igual que la del río Esva, serán financiados con cargo al plan E del año pasado-, prevé la construcción de una senda de más de un kilómetro de longitud, la adecuación de ocho espacios de ocio en el entorno del cauce y la eliminación de especies invasoras.
La puesta en marcha de esta actuación ha obligado a expropiar varios terrenos, entre ellos, un parque de madera propiedad del aserradero Gonzalo García, cuyos trabajadores han promovido movilizaciones ante la falta de alternativas dadas por las administraciones. En la zona afectada, colindante a la N-634, aún se veían ayer pancartas en las que se lee «Senda sí, paro no», que expresan el temor de los empleados al cierre de la empresa maderera.