Dentro de un marco de sostenibilidad tan necesario en la actualidad la ingeniería biológica se sitúa como el conjunto de técnicas de ingeniería que haciendo uso de los sistemas biológicos presentes en el propio medio consigue obtener los objetivos funcionales y estéticos de las obras de ingeniería con un mínimo impacto ambiental y una máxima integración de la obra en el entorno.
Un ejemplo conocido lo constituye por ejemplo el uso de la madera tras los incendios como parte de las obras de corrección hidrológica. Pero la ingeniería biológica va más allá, tanto en lo que se refiere a innovación de materiales como al empleo de las propias especies vegetales y animales como especies ingenieras. Estas, por medio de interacciones no tróficas con el medio, pueden acelerar la evolución de éste así como aportar un elevado valor estético, que toda obra de ingeniería exige.
En nuestras obras primamos los materiales vegetales frente a los convencionales, como alternativa válida y necesaria, demostrando las últimas experiencias incluso un mejor comportamiento de aquellos que, por ejemplo, el hormigón.